A los diecisiete años enamorarse, para muchos de nosotros, era el estado de gracia por definición. Entonces sufrir por amor era insoportable. Era hundirse a perpetuidad en un hoyo oscuro, sin márgenes para un manoteo salvador. Eventualmente el dolor pasa.
Vuelta a empezar. Mágicamente aparecen otros ojos, otro invierno, otras risas... Primero, con timidez, será un brote, un germinal de simpatía por alguien más. Y cuando menos se espera, como enredadera, como enamorada del muro, le ganan a uno el corazón.
Hoy aquí las palabras de mi Bruno. Que siente como siente. Que transita sus caminos sin tibieza, sin palabras lavadas. Sí con pulso, con intensidad. Y esta madre orgullosa termina agradecida con semejante entrega.
Silencios
Despejarme? De qué?... Sí, quizás me distraje un tiempo y no te tuve presente como sí lo hago a menudo. Pero desgraciadamente volviste y de la forma más dura... Un maldito "riff" te me presentó de la nada. Y qué puedo hacer? Nada... no puedo ni quiero hacer nada. Simplemente en los reflejos de la tarde me dejo llevar, el cielo está llorando y no tiene consuelo el pobre. Intento ponerme mejor como para darle ánimos al loco... mejor? o menos peor?
Pasaron los minutos y me cansé de cansarme... ya un lienzo negro me permitió dibujar de todo ahí encima. Para qué aguantarme las ganas de pintar un destello? Esa pícara risa me inspira y te sueño una y mil veces... Es una "fotografía mental". La última vez que te vi... no dijiste nada, mucho menos dije yo... pero tu sonrisa escoltada por la de ése can compañero me transmitió serenidad. Ésa imagen pudo más que todas las palabras alguna vez escritas por sabios o hechiceros.
Lejos de recobrar razón y volver en mí mismo, sigo perdido entre efemérides y conmemoraciones...Motivos para odiar ésto lo que siento tengo de sobra, tan solo UNO tengo para soportarlo...
No es mío, sino tuyo...
Che! me robaste la voz, la conciencia, el tiempo aquel bendito invierno... me dejaste sin nada, bah la locura está... me lo sacaste todo! pero sabes algo? no quiero que me lo devuelvas... guardalo, seguro a alguien le va a servir...
Siempre pensé que viejos piratas me robaron y vendieron como esclavo...
Caminatas de oscuras noches me pierden en el tiempo, y entonces te grabo en el aire como si fuese mármol. Cuesta pero al final, el trabajo es hermoso... Estás ahí siempre que voy... vaya donde vaya siempre termino en ése mini santuario imaginario... entonces caigo de rodillas y siento cómo me miran las copas de los árboles queriendo abrazarme.
Ya saben mis dolores esos guardianes de la historia... suplican que cierre esa puerta, que no vuelva a hacerme trizas con suspiros ni silencios. Siempre les argumento que un jardín de jazmines me espera al fin de la jornada, entonces calla el viento y reímos juntos otra vez.
Es placentero el dolor una vez que se va...
Bruno J. Mencia Villavicencio